Como los cuentos que escuchamos de nuestros padres y abuelos, algunos podemos contarles que en los años 90 se dio lo que se llamaría la Guerra de Navegadores

  • Década del 90: David contra Goliath. Luchan por el control del mercado los navegadores Netscape y Microsoft Internet Explorer (IE). Cada uno añadía nuevas funcionalidades para los desarrolladores de páginas, no existía un concepto de estándar como hoy día. Microsoft haría uso de su posición como propietaria del sistema operativo más usado (Windows) para imponer su navegador. Fue una masacre, IE llegó a tener un 90% de uso.
  • Década del 2000: El ave fénix. De las cenizas de Netscape (su código fuente), nace el proyecto Phoenix. Por conflictos de licencias, pasaría a llamarse Mozilla Firefox. En el 2008, Google lanza su propio navegador web, llamado Google Chrome. Google manifestó que su navegador debía ser de código abierto, porque era lo que el usuario esperaba. El proyecto de código abierto fue bautizado Chromium, a partir del cual y con el agregado de rutinas adicionales de Google, se construye el Google Chrome (Chrome en sí no es de código abierto, sino de uso gratuito).
  • Década del 2010: El gigante simpático: Mozilla Firefox había logrado ocupar una cuarta parte del mercado de navegadores. Pero los usuarios acompañaron con agrado el crecimiento del navegador de Google, una empresa que se caracterizaba por la buena calidad de sus diseños / productos y su lado amable con la frase Don’t be evil.

Nacía una nueva guerra, ahora un juego de tres.

El ascenso de Google Chrome fue estrepitoso, tuvo un crecimiento constante y al día de hoy ha llegado a dominar con más del 70% del mercado.

El Internet Explorer de Microsoft ha sido el gran perdedor, inversamente proporcional al crecimiento de Chrome. Al extremo que ha tenido que dejar de desarrollar un motor propio para su navegador, y lanzar un nuevo navegador Microsoft Edge, también basado en Chromium.

Todo esto se puede visualizar de una forma más entretenida en esta línea de tiempo

Al día de hoy, podemos encontrar 2 grandes participantes de esta competencia de navegadores (y un invitado de lujo).

  1. Navegadores basados en Chromium: Google Chrome, Microsoft Edge, Opera, Brave, Vivaldi.
  2. Apple Safari (su principal fortaleza radica en su uso en dispositivos móviles de Apple, pero no se encuentra disponible para Windows, por ejemplo)
  3. Mozilla Firefox (el invitado, lamentablemente su porcentaje de uso viene en caída)

Publicidad por todos lados

Sólo con pasar unas horas navegando por internet, y rápidamente nos podremos dar cuenta de dos repetidas características:

  1. Las páginas están llenas de publicidad.
  2. “Extrañamente”, la publicidad está muy enfocada a nuestros gustos y necesidades, parece “nos leyera la mente”.

Esto transforma lo que debe ser una actividad distendida en un continuo esfuerzo por enfocarnos en los bloques que contienen la información que buscamos y descartar la catarata de ofertas. Por otro lado, no es tan agradable que seamos un objeto de estudio donde usan nuestros intereses para “seducirnos” con ofertas.

(En Europa se intentó cuidar la privacidad de los usuarios respecto de las cookies, pero su resultado fue peor, ahora debemos cerrar siempre ese molesto cartel sobre las cookies)

Cuando el producto es gratis, el producto eres tú

– Autor Anónimo

Google es una empresa de Publicidad

Miremos algunos de sus productos:

  • Buscador
  • Navegador Web
  • Gmail (correo)
  • Youtube (videos)
  • Maps (mapas)
  • Android (Sistema operativo para teléfono)

Todos estos de excelente calidad …. y gratuitos.

Qué obtiene la empresa por darnos tantos y tan buenos servicios ? Información, mucha información. Y la misma es uno de los bienes más buscados en la última década. El valor de esta información es incalculable, ya que sirve para mover todas las demás industrias que agradecen conocer mejor a su mercado, ser específicos en sus campañas, a quienes, donde y qué les venden.

Empresas como Google, Facebook y otras, han participado de varios casos de abuso en el uso de la información que poseen, y sumado a la presión de los usuarios, han comenzado campañas para mejorar sus herramientas de privacidad.

Google ha publicado esta herramienta donde podemos visualizar los datos recolectados y definir nuestras preferencias acerca de su uso

Pero nosotros como usuarios, debemos tomar parte activa para exigir este derecho.

¿ Están mirando nuestros datos ?

Bajo un sentido estricto, NO. Nadie en estas empresas está haciendo una búsqueda por nuestro nombre o cédula y revisando que hemos estado haciendo. Nuestros datos forman parte de paquetes de análisis que ayudan a identificar qué tipo de publicidades o productos van mejor con nuestros intereses.

Por otro lado, sí se está guardando un gran volumen de información sobre nuestras actividades, y cualquier fuga, ya sea por la empresa, o por nuestros dispositivos, puede perjudicarnos.

Elegir un navegador

Una vez que tenemos conocimiento del pasado y presente de los navegadores de Internet, estamos mejor preparados para responder a la pregunta: ¿ Qué navegador utilizar ?

Queremos una solución rápida, gratuita, de código abierto y que, sobre todo, nos permita cuidar de nuestros datos personales.

Estos objetivos, han llevado a que en IDEATI, y por elección de sus integrantes, se use el navegador Brave

Brave es uno de los navegadores basados en el proyecto de código abierto Chromium, al cual se le ha modificado su funcionalidad, enfocándose en características de privacidad por demás interesantes.

Introducción a Brave

Lo más importante al momento de decidir darle una oportunidad a Brave:

Es un derivado de Chromium, por tanto, es un 99% igual a Chrome.

No requiere un nuevo aprendizaje ni acostumbrarse a un nuevo uso.

Alguna de las características más importantes que resalta su sitio web:

  • Carga los sitios web de tres a seis veces más rápido
  • Bloquea los anuncios y rastreadores que se apropian de tu información.
  • Bloquear anuncios y rastreadores dañinos significa tener un Internet más veloz.
  • Proyecto de código abierto

Si vemos el siguiente artículo en Twitter veremos un minucioso análisis de la información de intercambio, al momento de iniciar un navegador. Estos estudios se han hecho para Chrome, Firefox, Edge, Opera y Brave. Éste último logrando minimizar el volumen de datos y la privacidad de su contenido.

Pero líneas más arriba se invitaba a desconfiar de lo gratuito

Es cierto y es un punto válido. Como mencionábamos, para un producto del tamaño de un navegador web, con su enorme complejidad y volumen de usuarios, se necesita de un gran esfuerzo para su mantenimiento. Este esfuerzo de personas y recursos, termina requiriendo de financiamiento para lograrlo. Entonces… ¿ quién paga ? ¿ también aquí somos el producto ?

Para responder a esta pregunta, tenemos que ver su modelo de negocio, y sus preguntas frecuentes.

Su modelo de gestión es innovador y llamativo:

  • Se basa en el uso de criptomonedas, o dinero digital ( BAT)
  • Podemos configurar el número de anuncios que queremos ver por mes. Por cada anuncio visto, un porcentaje de ese dinero va hacia los creadores de Brave, pero otro se nos asigna a nuestra billetera digital.
  • De forma similar, podemos usar fondos de pantalla de inicio bajo sponsor. Lo bueno es que, Brave y nosotros, recibiremos dinero (digital) al verlo.

Esto representa un interesante flujo de capital, que, en caso de seguir funcionando, hará que sirva a la empresa a mantener sus principios y lineamientos de hoy día.

Lo más destacable, es que podemos optar por apagar este sistema de anuncios y recompensas, y nada de esto veremos en nuestro navegador.

Como todo, hay que continuamente monitorear la salud del proyecto y naturaleza de sus decisiones. Siempre la decisión debe ser nuestra y en todo momento, elegir para nuestra mayor conveniencia.

Dejar de “googlear”

Quizás uno de los puntos donde estamos brindando mayor información sobre nuestras costumbres, gustos y necesidades, es a partir de nuestras búsquedas en internet.

Google lo sabe y lo utiliza para armar un perfil detallado de nuestro historial.

Por eso la insistencia en que iniciemos sesión para hacer las búsquedas. Bajo la promesa de que los resultados estarán especialmente confeccionados para nosotros, se aprovechará la oportunidad para aportar más y más información a nuestro perfil.

Pero existen alternativas que nos permiten salirnos de este “circuito cerrado” de cámaras.

Personalmente, recomiendo el motor de búsqueda DuckDuckGo. El mismo es un esfuerzo orientado a mantener la privacidad de sus usuarios.

¿ Es DuckDuckGo mejor que Google en las búsquedas ?

La respuesta a esta pregunta es NO.

Normalmente Google recupera mejores resultados cuando buscamos artículos técnicos, soluciones a problemas específicos o solución a problemas similares.

Sin embargo, les aseguro que más del 90% de las búsquedas que realizamos son mucho más sencillas que eso:

  • Una página web o empresa, de la que sabemos el nombre, pero no su url
  • Un artículo en wikipedia del cual conocemos su descripción o tema
  • Una película en IMDb o Rotten Tomatoes.
  • Información general sobre noticias o temas de interés.

Recomiendo el experimento de cambiar de motor de búsqueda al menos 2 semanas y verán todas sus ventajas.

Se preguntarán que hacer con el restante 10% .., bienvenido el uso de bangs !

Espero estos consejos le sean de utilidad y podamos, entre todos, hacer a la navegación por Internet, una actividad más amigable, segura y privada.